Desde
hace años Clara se podía mantener en pie gracias a una muleta, era la tercera pierna que la aseguraba cada
paso que daba, la mantenía erguida y siempre atenta a todo lo que ocurría a su
alrededor, después del accidente estuvo
varios meses en un hospital, allí acabó
harta de tanta silla de ruedas y decidió explorar las alturas, siempre se lo tomaba a broma,
aunque muy a nuestro pesar no es algo
que realmente tenga gracia.
En el hospital conoció un montón de gente
joven que como ella, estaban en silla de ruedas. Forjó grandes amistades, y
porque no decirlo, algún noviete. Los médicos rehabilitadores y las
enfermeras, siempre preocupados por
donde se encontraba Clara.
Ella aunque su puntualidad era más
bien parecida a la inglesa, que a la española aparecía siempre 10 minutos más
tarde de lo normal, y siempre con una sonrisa de oreja a oreja.
-
Con de
andabas, que ya nos tenías preocupados….
-
Bueno, como
explicarte, tengo 16 años, y a veces las
hormonas….
-
Ay, esta
muchacha.
En
efecto 16 años, y una vida entera por delante, una vida intensa, una segunda
oportunidad, una gran amiga me dijo una vez, que ella celebra su segundo
nacimiento, como una fiesta más en la que se reunía toda la familia.... Continuará....
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